14 de febrero de 2011

La capital y la provincia viven de lleno las fiestas del Carnaval

El telón del escenario del Gran Teatro de la capital onubense se abrió en la noche del pasado sábado para recibir a las primeras murgas, comparsas y cuartetos que participan este año en la XXVIII edición del Concurso de Agrupaciones del Carnaval Colombino. Con la apertura del certamen, se dio el pistoletazo oficial a unas fiestas en las que se encuentran voluntariamente ‘atrapadas’ miles de personas, que sienten y viven de una forma especial esta celebración, en la que se conjugan sentimientos, arte, musicalidad, alegría y muchas ganas de pasárselo bien. Prueba de ello es que en esta ocasión, son 63 los grupos que con sus nuevas coplas y canciones lucharán por llevarse los primeros galardones en las distintas categorías establecidas. Pero el Carnaval no puede ni debe quedarse en el patio de butaca del teatro, las carnestolendas deben extenderse a la calle, y esa asignatura, en la capital, aún está pendiente. Otras poblaciones de la provincia, donde el Carnaval está arraigado desde antaño, como Isla Cristina y Punta Umbría, la participación ciudadana es completa desde el primer día. Los carnavaleros isleños y puntaumbrieños se involucran por igual tanto en los concursos locales de agrupaciones como en el resto de actividades que se programan, ya sean las vistosas cabalgatas o los peculiares entierros de las sardinas. Prácticamente, hasta las primeras semanas de marzo, la mayoría de los municipios onubenses celebrarán de una forma u otra el Carnaval, para que esta fiesta no pierda ni un ápice su popularidad y continúe fuertemente arraigada entre los ciudadanos es conveniente que se desarrolle sin ataduras, en libertad y en plena armonía. Lo importante es conseguir que durante estas semanas las pegadizas y acertadas coplas de las chirigotas y de las comparsas suenen también fuera de los escenarios y que los disfraces y la diversión, en general, inunden cada rincón de esta provincia. La crisis económica y el alto índice de paro que se registra en la actualidad, más que alejar a los ciudadanos del Carnaval, debería favorecer a todo lo contrario: a un mayor acercamiento, porque si de algo se vanagloria estas fiestas es de ser tremendamente populares, porque el centro neurálgico de su esencia es precisamente la calle.
Odiel Información

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