3 de febrero de 2012

Una de pobres y malvados



La sexta noche de preliminares en el Gran Teatro se vivió como una película donde fueron protagonistas por igual los de mal corazón y los humildes que se conforman con poco. ‘Jhonny El Serpiente’ y ‘Los malos’ pusieron la nota oscura mientras ‘El tonto del bote’ enseñó modestia. Completaron la sesión el cuarteto ‘La herencia’ y las murgas ‘Los arrepentíos’ y ‘Festival Benéfico Los Flamencos de Doñana’.
Aunque comienza el mes preferido de los carnavaleros, son pocos los que han acudido al Gran Teatro de Huelva para celebrarlo. Sin embargo, el público que ha venido a disfrutar en directo de la sesión está entregado a sus agrupaciones.

Jhonny El Serpiente. / Manuel Pérez
Isla Cristina es la encargada de abrir la noche con ‘Jhonny El Serpiente’, comparsa que vuelve tras cinco años (en 2007 se hicieron con el primer premio en el concurso, con ‘La orilla de la sal’). El grupo trae una voces con mucha fuerza y un punteo que logra incluso destacar entre ellas. Han convertido el escenario en un bar donde se reúne un grupo de canallas de mala lengua que ponen fino a todo el que en sus bocas cae. Envenenados por carnaval, a esta banda aún le quedan pases para seguir repartiendo a lo que, para ellos, “no vale pa ná”.




Cuando algunos aún siguen hablando de la comparsa anterior, se presenta el único cuarteto que este año compite en el carnaval colombino. ‘La herencia’ trae a un padre moribundo y a sus aprovechados hijos. Distintos personajes ayudan a que el pobre enfermo termine su vida lo antes posible, con la intención de recibir una suculenta herencia. Sin embargo, parece que su vida pende de un hilo de acero. Logran sacar alguna que otra risa entre el poco público.
Antes del descanso, otra comparsa. Esta vez viene desde Valverde del Camino, y continúan con el rol de los primeros bajo el nombre de ‘Los malos’. Son unos lobos con piel de cordero, muy explícito en el disfraz. Aunque, en este repertorio, no han explotado la maldad que llevan dentro. Así lo confiesan en su estribillo: por carnaval se vuelven más buenos que la meloja, a través de melodías agradables.

Los arrepentíos. / Manuel Pérez
La segunda mitad de la sesión cambia de tono. La murga ‘Los arrepentíos’, de Ayamonte, explica su experiencia tras el paso por la ‘Clínica San Cayetano’. Un cambio de sexo con el que no han encontrado más que problemas y una nostalgia hacia su anterior órgano masculino, que les habla desde unos pequeños altares. Los pasodobles de este grupo son los más chirigoteros del concurso, por el momento.




Por tercera noche consecutiva, Punta Umbría visita el Gran Teatro. Ahora es ‘El tonto del bote’ el que le canta a la capital onubense. Traen un tipo distinguido, aunque vengan sucios. De la cabeza de este tonto -que de tonto no tiene un pelo- nacen motivos de la fiesta de la alegría. Por ella, el tiempo se para en la vida de este vagabundo, como muestra su reloj roto cuyas arterias son serpentinas de colores. De la pluma de Enrique Orta nace un grupo reinventado con la esencia de siempre, con letras valientes como el pasodoble a las ausentes comparsas de Isla Cristina.




Y para cerrar, los poquísimos asistentes disfrutan de una murga de Alcalá de Guadaira. Cantaores, guitarristas y palmeros consiguen montar el ‘Festival Benéfico Los Flamencos de Doñana’ en un periquete. Con patillas y pelo largo arrancan risas sinceras desde la presentación. Dicen ser altruistas, y nunca se niegan a colaborar por una obra benéfica… aunque quizás el festival pierda dinero al invitarlos a comer.






Huelva 24

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