18 de febrero de 2012

Las batallas de Don Carnal

Con tipo de guerrero subieron al escenario tres de las agrupaciones de la noche: las comparsas de Mateo y Chicha y la murga de Jesuli Perojil · Las murgas de Las Monjas y Natanael, lo más destacado.

Jueves y primera semifinal en el Horacio Noguera. El ambiente estuvo menos caldeado que en preliminares debido a que el precio de las entradas se incrementó en siete euros, circunstancia que no rebajó un ápice las ganas de las agrupaciones de colarse en la final, que se celebra hoy. Abrió fuego la comparsa de Manuel González Gutiérrez Tubito, La playa de los disfraces. Su espectacular puesta en escena no dejó indiferente al respetable, que se dejó arrastrar por la hermosa música de una presentación impactante, con figuras de arena cobrando vida sobre las tablas. En el primer pasodoble hicieron un repaso por todos los elementos que causan indignación al ciudadano, desde la banca a los políticos corruptos, la Justicia o la Casa Real.

En el segundo se centraron en exigir a Isla Cristina más implicación en las reivindicaciones de la familia del desaparecido Juan José Yaque, pasodoble que finalizó con el despliegue de una pancarta en la que podía leerse "Todos somos Juan José. Ayúdanos. No lo olvidemos". La familia del chico agradeció a la comparsa su implicación en el suceso. Los cuplés versaron sobre la dieta Dukan y un moco. Bonito el popurrit de la comparsa.

Y de un segundo premio de 2011, a otro. La murga de Natanael, La santa docena, y su conseguido tipo de dulces de la pastelería Pavón desató las primeras carcajadas en el patio de butacas. Con un primer pasodoble sobradamente escatológico y otro dedicado a los 'muñecos' de la vida política municipal -como la nancy Antonia Grao o la barbie Isabel López- aspiraron a meterse en la finalísima. La agrupación más dulce del concurso centró sus cuplés en la campaña electoral y en el edificio del ayuntamiento, cerrado desde hace años. Destacables las parodias de Albertito, introductorias a un popurrí cargado de buen humor.

Buena presencia y voces potentes conlleva la propuesta de Mateo Jesús Rodríguez para hacerse un hueco en la final. El dios de la guerra abanderó la lírica del Taller de Letras de la Escuela del Carnaval para emprender el combate de las carnestolendas con su tipo de imponente soldado con coraza y espadas. Esta comparsa criticó en su pasodoble primero que en los concursos carnavaleros de Isla Cristina suelen cantarse coplas de Cádiz; en el segundo devolvió el ataque al programa Callejeros. La boda de la duquesa de Alba y las dificultades para colarse en la final fueron los temas elegidos par los cuplés.

Justo antes de descanso llegaba Ya no damos miedo, la murga de la peña Las Monjas. Imprescindible y genial el papel de sus directores, Morilla y Tumbi, que dan vida al conde Drácula y a Ígor, respectivamente. Los componentes iniciaron la presentación desde un tenebroso escenario en el que ellos, los monstruos tradicionales, se compararon con los guapetones de Crepúsculo para llegar a la conclusión que "hasta Fae, esa gente de comparsa da más miedo que nosotros".

Trepidante el desarrollo de los pasodobles, el primero sobre los "perroflautas"; el segundo, sobre Cayetana y su hijo, al que mandaban a trabajar a un liño "porque tiene los dos riñones con el precinto". Los cuplés estuvieron dedicados a Antonio Canales y a la boda de la duquesa de Alba. Pegadizo el estribillo y muy elaborado el popurrí.

En la segunda parte abrió el telón la comparsa de Punta del Moral dirigida por Juan Cayuela, Los ricos. Buena agrupación que en 2011 ganó el cuarto premio y que este año regresa con un grupo vocal potente, con magníficas letras y un buen tipo. Quizá su único pecado sean sus constantes reminiscencias gaditanas. Por lo demás, la comparsa ha ganado presencia y cantó a Zapatero en el primer pasodoble. El segundo, para el presidente de Cataluña, Artur Mas, que acabó con "espero con impaciencia que a fin llegue tu independencia" y público en pie. La crisis de Portugal y el peaje, así como Amy Winehouse, centraron la tanda de cuplés. El popurrí, de los mejores que se han visto hasta el momento en el concurso, cargado de contenido letrístico y sin aburrir.

La tercera murga de la noche fue la del onubense Jesuli Perojil. La armada invisible desplegó sus voces haciendo parodia con sus hormigas guerreras e incitando a que comience la revolución. El primer pasodoble se refirió a una carta que un hombre fallecido manda a su esposa, quizá el padre de Perojil, recientemente desaparecido. Pieza emotiva que dejó al respetable con el corazón encogido. El segundo, a Isla Cristina: "Si hubo alguien que pensó que este año no estaría aquí porque han bajado los premios... Yo nunca he entendido de concejales porque en los carnavales no existen gobiernos", buena pieza que acabó con gran ovación de la platea. El Rey Baltasar y el episodio judicial del caramelazo y las ladillas de Antonio Canales estuvieron presentes en los cuplés. Del popurrí lo más reseñable es el final, realizado en exclusiva par Isla Cristina, un detalle que los espectadores supieron valorar.

El Invasor, la comparsa de José Antonio Aguilera Chicha, con tipo también de soldado, dedicó un pasodoble a los jueces que ordenan los desahucios. El otro lo reservó para dar un tirón de orejas a los comparsistas que se reservan para cantar en el teatro. Los cuplés, para los documentales de La 2 y las obras domésticas culminaron con un popurrí en el que Chicha deja claro que "no voy a abandonar, éste es mi Carnaval".

La última actuación correspondió a la murga ayamontina Los más cabritos del Carnaval, la agrupación de Chanchi que cantó a los catalanes que criticaron a Andalucía y a los propios isleños, que desoyeron al pueblo y derribaron el teatro Gran Vía sin hacer nada por evitarlo pese a que era "el templo de los carnavales". La actuación de estas peculiares chivas, con cabrero y perro incorporados, acabó con un cuplé sobre el tipo y el consabido conflicto Aci-Ayuntamiento.

Ya fuera de los muros del teatro, en plena calle, los niños de colegios y guarderías de la localidad se disfrazaron ayer para participar en la colorista cabalgata infantil que terminó con una gran fiesta en la Plaza de Las Flores. En la jornada de hoy se desarrollará la gran final del concurso en el Noguera. Cuando termine, se entregará el Pito de Caña a Pepe Biedma y miles de personas entonarán el himno del Carnaval isleño en la explanada del teatro. De allí, se desplazarán hasta la Plaza de Las Flores, donde se hará público el fallo del jurado.

HI

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