La comparsa infantil de la Peña Los Peques actúa, fuera de concurso, en el Gran Teatro · La agrupación de La Rinconada recupera El Sevillano, con el que realiza un recorrido entre coplas por el certamen onubense
La cantera del Carnaval Colombino tuvo ayer la oportunidad de cantar ante el público del Gran Teatro. No hay en esta edición muestra infantil pero se le ha reservado un espacio a los más pequeños en la fase preliminar del certamen de Huelva, que ayer llegó a su ecuador, tras cinco intensas jornadas carnavaleras. La comparsa de la Peña Los Peques actuó fuera de concurso. La agrupación mixta, dirigida por Antonio Jiménez, que lleva casi dos décadas formando a carnavaleros, derrochó arte sobre el escenario.
Dieciséis jovencísimos rockeros y rockeras, con edades comprendidas entre los tres y los doce años, cantaron, con guitarra eléctrica en la mano, "a nuestro carnaval", bajo el nombre de Los hijos secretísimos de Miguel el ganso. Uno de sus pasodobles se lo dedicaron a la escultura de Cristóbal Colón, inaugurada hace un mes en la plaza de las Monjas.
Una de las más pequeñas se incorporó al grupo cuando comenzó el primer pasodoble. Hasta tres cantó la comparsa infantil. Los pequeños bailaron y disfrutaron intensamente de su actuación, durante la cual uno de los integrantes se echó un baile a lo Michael Jackson.
Jiménez, de la Peña La Máscara, se manifestó satisfecho con la intervención del grupo. Señaló que en los ensayos "son muy traviesos pero ya en el escenario dan la cara como siempre".
El próximo 22 de febrero, último día de preliminares, cantará sobre las tablas del Gran Teatro la comparsa infantil Descubriendo el descubrimiento, de la Escuela de Carnaval de Huelva, que se puso en marcha hace cinco meses, en el seno de la Federación Onubense de Peñas y Agrupaciones de Carnaval (Fopac).
Grupos de Huelva y Sevilla fueron ayer los protagonistas del concurso interprovincial. Tras los niños de la Peña Los Peques, subió al escenario la comparsa El sevillano, de La Rinconada (Sevilla), dirigida por David Ruiz Félix, autor también de la música. El grupo defendió sobre las tablas del Gran Teatro letras de José Manuel Viejo Jiménez.
La agrupación recupera el histórico tren que llevó a miles de andaluces a Cataluña en las décadas de los cincuenta y sesenta. "Aquí vuelve de nuevo otra vez para los que se olvidaron", señaló esta comparsa de emigrantes, que reconocieron que "llevo en la sangre libertad y en el corazón las llaves que me devolverán a tí".
Buenas y acompasadas voces las de este grupo, que lamentó en sus letras que aún, tras más de medio siglo, "se siguen marchando andaluces" fuera de su tierra para buscarse un porvenir. En este sentido, rindió un homenaje a las personas humildes, destacando que "no es más feliz el que más tiene sino el que menos necesita".
La sexta sesión del certamen tuvo como presentadores a Manu Suero, disfrazado de segoviano (es uno de los componentes de la murga onubense Comparsa mixta segoviana aires de acueducto) y Federico Pérez, de bombero.
En su palco, la choquera mayor, Sara Reina, y sus damas animaron una noche más a las agrupaciones participantes.
A continuación, un grupo debutante, la murga Sobredosis de viagra para la fiebre del sábado noche, de Alcalá de Guadaíra (Sevilla). Bajo la dirección de Fernando García Sánchez, la agrupación se puso en la piel de las personas de la tercera edad. El escenario se convirtió en un centro de mayores, donde todos los sábados hay fiestas y los asociados aprovechan para ligar, "con la fiesta se me quita todo" pero cuando llega el lunes "otra vez tengo de todo". Entonces "me duelen los huesos, los riñones..." .
Con letras de Carlos Javier García Sánchez -autor también de la música- y de Álvaro Gandul García, estos viejos bailones comentaron que tras "una vida de miseria, de trabajo y de posguerra, una vida sin vivir, una vida paso a paso para intentar ahorrar tres duros", es ahora a los setenta y tantos "cuando estamos viviendo".
En uno de sus pasodobles, estos murguistas rindieron un homenaje a los abuelos, "tiene sólo cuatro años y me ha devuelto la vida, me muero por sacarlo de la mano todos los días, le tengo consentido, no sé decirle que no, ese niño es mi pasión", a lo que añadieron que "se me cae la baba cuando me besa en la cara mientras me dice abuelo".
Tras el descanso, la velada prosiguió con la comparsa El pozo de los lamentos, de Gibraleón; la murga Yo y lo mío, de Huelva, y la comparsa Los bienaventurados, de del Río (Sevilla).
La cantera del Carnaval Colombino tuvo ayer la oportunidad de cantar ante el público del Gran Teatro. No hay en esta edición muestra infantil pero se le ha reservado un espacio a los más pequeños en la fase preliminar del certamen de Huelva, que ayer llegó a su ecuador, tras cinco intensas jornadas carnavaleras. La comparsa de la Peña Los Peques actuó fuera de concurso. La agrupación mixta, dirigida por Antonio Jiménez, que lleva casi dos décadas formando a carnavaleros, derrochó arte sobre el escenario.Dieciséis jovencísimos rockeros y rockeras, con edades comprendidas entre los tres y los doce años, cantaron, con guitarra eléctrica en la mano, "a nuestro carnaval", bajo el nombre de Los hijos secretísimos de Miguel el ganso. Uno de sus pasodobles se lo dedicaron a la escultura de Cristóbal Colón, inaugurada hace un mes en la plaza de las Monjas.
Una de las más pequeñas se incorporó al grupo cuando comenzó el primer pasodoble. Hasta tres cantó la comparsa infantil. Los pequeños bailaron y disfrutaron intensamente de su actuación, durante la cual uno de los integrantes se echó un baile a lo Michael Jackson.
Jiménez, de la Peña La Máscara, se manifestó satisfecho con la intervención del grupo. Señaló que en los ensayos "son muy traviesos pero ya en el escenario dan la cara como siempre".
El próximo 22 de febrero, último día de preliminares, cantará sobre las tablas del Gran Teatro la comparsa infantil Descubriendo el descubrimiento, de la Escuela de Carnaval de Huelva, que se puso en marcha hace cinco meses, en el seno de la Federación Onubense de Peñas y Agrupaciones de Carnaval (Fopac).
Grupos de Huelva y Sevilla fueron ayer los protagonistas del concurso interprovincial. Tras los niños de la Peña Los Peques, subió al escenario la comparsa El sevillano, de La Rinconada (Sevilla), dirigida por David Ruiz Félix, autor también de la música. El grupo defendió sobre las tablas del Gran Teatro letras de José Manuel Viejo Jiménez.
La agrupación recupera el histórico tren que llevó a miles de andaluces a Cataluña en las décadas de los cincuenta y sesenta. "Aquí vuelve de nuevo otra vez para los que se olvidaron", señaló esta comparsa de emigrantes, que reconocieron que "llevo en la sangre libertad y en el corazón las llaves que me devolverán a tí".
Buenas y acompasadas voces las de este grupo, que lamentó en sus letras que aún, tras más de medio siglo, "se siguen marchando andaluces" fuera de su tierra para buscarse un porvenir. En este sentido, rindió un homenaje a las personas humildes, destacando que "no es más feliz el que más tiene sino el que menos necesita".
La sexta sesión del certamen tuvo como presentadores a Manu Suero, disfrazado de segoviano (es uno de los componentes de la murga onubense Comparsa mixta segoviana aires de acueducto) y Federico Pérez, de bombero.
En su palco, la choquera mayor, Sara Reina, y sus damas animaron una noche más a las agrupaciones participantes.
A continuación, un grupo debutante, la murga Sobredosis de viagra para la fiebre del sábado noche, de Alcalá de Guadaíra (Sevilla). Bajo la dirección de Fernando García Sánchez, la agrupación se puso en la piel de las personas de la tercera edad. El escenario se convirtió en un centro de mayores, donde todos los sábados hay fiestas y los asociados aprovechan para ligar, "con la fiesta se me quita todo" pero cuando llega el lunes "otra vez tengo de todo". Entonces "me duelen los huesos, los riñones..." .
Con letras de Carlos Javier García Sánchez -autor también de la música- y de Álvaro Gandul García, estos viejos bailones comentaron que tras "una vida de miseria, de trabajo y de posguerra, una vida sin vivir, una vida paso a paso para intentar ahorrar tres duros", es ahora a los setenta y tantos "cuando estamos viviendo".
En uno de sus pasodobles, estos murguistas rindieron un homenaje a los abuelos, "tiene sólo cuatro años y me ha devuelto la vida, me muero por sacarlo de la mano todos los días, le tengo consentido, no sé decirle que no, ese niño es mi pasión", a lo que añadieron que "se me cae la baba cuando me besa en la cara mientras me dice abuelo".
Tras el descanso, la velada prosiguió con la comparsa El pozo de los lamentos, de Gibraleón; la murga Yo y lo mío, de Huelva, y la comparsa Los bienaventurados, de del Río (Sevilla).
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