El arte encontró en Huelva su esencia y sus gentes le dieron ese duende distinto que sólo aquí se puede saborear. Y como muestra de artista polifacético, Manuel Correa. Vio la luz de esta tierra hace 64 años en la calle Marina, lo que ya es indicativo de la sal de que recubre su alma. Es compositor de coplas de carnaval, fandangos rumbas, sevillanas, música ligera, coreógrafo de espectáculos como los de Ánsares o Asoifal, director de coros romeros y, por si fuera poco, fue miembro de junta de la Hermandad de la Victoria. Actualmente su corazón reposa en las manos de una Fundación muy especial, la de su hija Amparo Correa.
-¿Qué fines tiene la Fundación Amparo Correa?
-La Fundación se creó con el ánimo de hacer llegar el flamenco y, sobretodo el fandango, a todo aquel que no pudiera pagarlo. Yo le decía a Amparo que ella hacía un voluntariado musical. Actualmente seguimos siendo un semillero de artistas, gracias a la gran labor de mi hija Concha. Tenemos más de cincuenta alumnos de toda la provincia de Huelva. Lo que se imparte principalmente es el fandango y luego se van ampliando a todo tipo de palos.
-¿Qué perdió Huelva con la marcha de Amparo Correa?
-La fuerza y el empuje que le supo dar para que el flamenco tuviera no sólo a los que ya estaban, sino que se pudieran llenar escenarios con gente nueva. La ciudad se vio repleta de jóvenes artistas cantando fandangos, flamenco, saetas en las calles, etc. Su empuje también propició que las Peñas crearan escuelas, sobretodo infantiles.
-¿Se ha revalorizado el fandango de Huelva en los últimos años?
-Sí, por supuesto. Pero no sólo por el trabajo de mi hija, sino también por las Peñas. El fandango ha tomado en Huelva el protagonismo que siempre tuvo que tener y esto ha llegado hasta las instituciones.
-Y, ¿qué es el fandango?
-Es un movimiento musical donde el pueblo de Huelva encontró la mejor forma de expresar sus sentimientos.
-¿El fandango es una marca que vanda mucho fuera de nuestras fronteras?
-El fandango de Huelva vende muchísimo a esta tierra. Cuando se canta flamenco en cualquier espectáculo, el público responde de manera positiva y con animación, pero cuando se interpreta un fandango de Huelva, el público, sea de donde sea y se cante donde se cante, se desborda.
-Dentro del fandango de Huelva, ¿Se queda con algún tipo en especial?
-Todos tienen algo. Nacen de un mismo sentimiento, compás y cantidad de versos. La diferencia estriba en la forma de expresarlo en su creación o en la forma de ser del que lo interpreta.
-¿En qué momento se encuentra el flamenco en Huelva?
-Hay gente luchando y aprendiendo a hacer flamenco de calidad. En cuanto al apoyo, con las restricciones actuales se ha acuciado bastante el problema para respaldar espectáculos y potenciar el nacimiento de artistas. El flamenco no tiene el mimso apoyo, ni la misma consideración que cualquier otro tipo de manifestación artística.
-También le da al carnaval...
-Me inicié en él un poco engañado por un amigo. Me dijeron que iba a ver una zarzuela en Isla Cristina y cuando llegué era una comparsa. Al año siguiente salí ya en una agrupación.
-¿Por qué no termina de cuajar el carnaval en Huelva?
-No fue admitido en sus comienzos por un sentido del ridículo que tiene bastante acuciado el pueblo de Huelva. En estos momentos, si tiene suerte y lo admiten los onubenses, puede salir del ‘stand by’.
-También fue un impulsor de la mujer en el mundo del carnaval. ¿están ya totalmente integradas?
-En un principio, no. Hoy, sin embargo, parece que ya están teniendo una valoración objetiva, no por los jurados, pero sí por el pueblo, que ya espera impaciente lo que ofrezcan las mujeres.
-¿De dónde surge la inspiración cuando se compone para temáticas tan distintas?
-Soy coplero, hago coplas de todo lo que me ocurre en la vida, de cuánto veo a mi alrededor, de lo que escucho y de lo que me informo.
-¿Qué crees que le falta a Huelva?
-Creernos lo que tenemos y ser capaz de sentirlo como algo propio. Hemos de saber venderla adecuadamente y no llevarse el dinero de la venta.
-Y, ¿qué es para tí Huelva?
-Hay un estribillo de una sevillana que compuse que resume mi sentimiento hacia Huelva y que dice así: “ole mi tierra/ole la tierra mía./Que el solo hablarme de ella,/me llena a mi de alegría”. La verdad que para mí, Huelva, sus cosas, su gentes, sus tradiciones y su forma de ser son mi alegría de vivir.
El Periódico
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