La octava sesión de preliminares del concurso de carnaval colombino ofreció al numeroso público un verdadero espectáculo de música y voces. Las comparsas ‘El cuento de la buena Pipa’, ‘El rincón de los elegidos’, ‘La panda de los pulgosos’ y ‘La comparsa de Cristóbal’ hicieron que el público se pusiera en pie después de cada actuación.
¿Quién dijo frío? La ola que llega desde Siberia no se nota dentro del teatro, que está lleno como ningún día. Es un ambiente diferente, el primero en el que se sienten de verdad las ganas de carnaval.
Abre la magnífica sesión ‘El cuento de la buena Pipa’, comparsa local. El año pasado se hicieron
El cuento de la buena pipa / Manuel Pérezcon el cuarto puesto con ‘Los Caricatos’, y a esta edición traen a un ciudadano esclavo de la sociedad. Con unas cadenas que consiguen quitarse al final de la actuación, piden una lucha contra el poder para que no sigan siendo los mismos amos del mundo los que impongan una manera de vida.
Un tipo muy chirigotero aparece a continuación en el escenario: la murga de Castilblanco ‘El porqué de cada qué’. Unos cerebritos recuerdan las preguntas que todos nos hemos hecho alguna vez. De repente, se enciende la bombilla de sus cabezas y dan una explicación que provoca carcajadas. Hacen que la noche siga animada como empezó, y no se salen del personaje hasta que el telón se cierra.
Un trocito del Jardín del Edén baja hasta el Gran Teatro gracias a la comparsa ‘El rincón de los elegidos’, donde se encuentran los más grandes de la historia de la música. Pero no están ni Mozart ni Vivaldi, sólo unos pocos elegidos por la gracia divina como Freddy Mercury, Elvis Presley, Michael Jackson, John Lennon o Jimmy Hendrix. Los de Punta Umbría han estado a la altura de sus personajes, y han conseguido que hasta los ángeles bailen. Un grandísimo espectáculo para vivirlo en directo.
El porqué de cada qué / Manuel Pérez
Tras el descanso, y con el público aún revolucionado, llega otra comparsa que deja a más de uno con la boca abierta. ‘La panda de los pulgosos’ de Ayamonte han clavado el tipo de perros callejeros, con disfraces y maquillaje que ocultan la parte humana del grupo. A pesar de su gran tamaño, estos sabuesos no dan nada de miedo. No son agresivos ni en actitud ni en sus letras, cuyo conjunto resulta precioso y de lo más agradable.
Para dar otro toque de humor están los sevillanos ‘Una para todos y todos para una’. En casa de la abuela coinciden todos los nietos, que le dan más de un disgusto. No suenan demasiado fuerte las risas, a pesar del lleno del teatro. Un gran número de seguidores está deseando que pise las tablas la última agrupación.
Y así llega ‘La comparsa de Cristóbal’. El autor deja abierto si el personaje que canta es él (Cristóbal Giraldo) o Colón, con unas letras que emocionan al respetable, y con voces jóvenes y muy bien encajadas. En realidad es el descubridor el que va contando las conquistas de Giraldo, con un repaso por su carrera carnavalera. En el alegre estribillo reivindica el verdadero sentido de esta fiesta, el pasarlo bien con un grupo de amigos.
La larga noche se ha hecho corta, y concluye con la certeza de que el público no se equivocó. Mereció la pena pagar la entrada.
¿Quién dijo frío? La ola que llega desde Siberia no se nota dentro del teatro, que está lleno como ningún día. Es un ambiente diferente, el primero en el que se sienten de verdad las ganas de carnaval.
Abre la magnífica sesión ‘El cuento de la buena Pipa’, comparsa local. El año pasado se hicieron
El cuento de la buena pipa / Manuel Pérezcon el cuarto puesto con ‘Los Caricatos’, y a esta edición traen a un ciudadano esclavo de la sociedad. Con unas cadenas que consiguen quitarse al final de la actuación, piden una lucha contra el poder para que no sigan siendo los mismos amos del mundo los que impongan una manera de vida.
Un tipo muy chirigotero aparece a continuación en el escenario: la murga de Castilblanco ‘El porqué de cada qué’. Unos cerebritos recuerdan las preguntas que todos nos hemos hecho alguna vez. De repente, se enciende la bombilla de sus cabezas y dan una explicación que provoca carcajadas. Hacen que la noche siga animada como empezó, y no se salen del personaje hasta que el telón se cierra.
Un trocito del Jardín del Edén baja hasta el Gran Teatro gracias a la comparsa ‘El rincón de los elegidos’, donde se encuentran los más grandes de la historia de la música. Pero no están ni Mozart ni Vivaldi, sólo unos pocos elegidos por la gracia divina como Freddy Mercury, Elvis Presley, Michael Jackson, John Lennon o Jimmy Hendrix. Los de Punta Umbría han estado a la altura de sus personajes, y han conseguido que hasta los ángeles bailen. Un grandísimo espectáculo para vivirlo en directo.
El porqué de cada qué / Manuel Pérez
Tras el descanso, y con el público aún revolucionado, llega otra comparsa que deja a más de uno con la boca abierta. ‘La panda de los pulgosos’ de Ayamonte han clavado el tipo de perros callejeros, con disfraces y maquillaje que ocultan la parte humana del grupo. A pesar de su gran tamaño, estos sabuesos no dan nada de miedo. No son agresivos ni en actitud ni en sus letras, cuyo conjunto resulta precioso y de lo más agradable.
Para dar otro toque de humor están los sevillanos ‘Una para todos y todos para una’. En casa de la abuela coinciden todos los nietos, que le dan más de un disgusto. No suenan demasiado fuerte las risas, a pesar del lleno del teatro. Un gran número de seguidores está deseando que pise las tablas la última agrupación.
Y así llega ‘La comparsa de Cristóbal’. El autor deja abierto si el personaje que canta es él (Cristóbal Giraldo) o Colón, con unas letras que emocionan al respetable, y con voces jóvenes y muy bien encajadas. En realidad es el descubridor el que va contando las conquistas de Giraldo, con un repaso por su carrera carnavalera. En el alegre estribillo reivindica el verdadero sentido de esta fiesta, el pasarlo bien con un grupo de amigos.
La larga noche se ha hecho corta, y concluye con la certeza de que el público no se equivocó. Mereció la pena pagar la entrada.
Huelva24