El déficit de tesorería del Ayuntamiento roza ya los 92 millones de euros.
La falta de liquidez municipal se dispara el 19% en el último ejercicio · El balance que va al próximo Pleno evidencia que los planes de saneamiento han caído en saco roto · Desde 1999, esta dinámica es una carrera sin frenos.
La última liquidación presupuestaria del Ayuntamiento de Huelva -a la que ha tenido acceso este periódico- demuestra que los anunciados planes de saneamiento siguen cayendo en saco roto, constatándose un déficit galopante en las arcas públicas.
El cierre de cuentas de 2008 lleva la voz de alarma del interventor municipal y una evidencia cifrada en números rojos: los problemas de liquidez del Consistorio se están agravando a una velocidad exponencial, de forma que el remanente de tesorería negativo de esta administración se ha multiplicado por 17 en la última década. En estos momentos, el dato más actualizado (aún benévolo con la realidad) es un saldo negativo de 91.856.934,40 euros. Dicho de otro modo, el Ayuntamiento necesitaría un fondo de casi 92 millones de euros para cuadrar sus cuentas, como consta en el decreto que el equipo de Gobierno del PP eleva al Pleno de la semana próxima.
El remanente de tesorería -que en la capital onubense lleva siendo negativo desde 1999, en constante progresión de déficit- es el principal indicador de la salud económica de una Administración, el termómetro que indica su capacidad para hacer frente a la deuda con bancos y empresas proveedoras de bienes y servicios. En sentido estricto, se trata de una magnitud de carácter financiero que representa el excedente -en este caso el defecto- de liquidez a corto plazo disponible en la fecha de cierre del ejercicio presupuestario.
Sólo en el último ejercicio, este déficit de tesorería se ha disparado un 19% en el Consistorio onubense, una escalada interanual de 15 millones de euros que ha venido a ensanchar este agujero económico.Los agentes sociales y económicos reiteran en el seno del CES -órgano asesor del Ayuntamiento- que esta tesitura responde a un problema estructural, ya que cada año el proyecto de los presupuestos municipales nace viciado por unas desorbitadas previsiones de ingresos. Un mal crónico que, a juicio de los grupos de la oposición (PSOE e IU), tiene que ver con los parches y la "política de tierra quemada", la falta de aplicación de medidas correctoras que igualmente denuncia el interventor municipal en su último informe.
Y es que los números de esta liquidación ponen de manifiesto hasta qué punto en los últimos mandatos se eluden los imperativos de la Ley Reguladora de las Haciendas locales, una normativa que deja tres opciones para resolver los desajustes: 1) Reducción de los gastos previstos en el presupuesto por una cuantía igual al remanente de tesorería negativo. 2) Concertación de un crédito por importe de la cuantía negativa. 3) Aprobación del siguiente presupuesto con un superávit inicial de una cuantía no inferior al remanente negativo.
El ritmo al que crece este socavón en la tesorería municipal pone cada vez más difícil la aplicación de algunas de estas medidas; con independencia de que en el último ejercicio la Concejalía de Economía, que encabeza Juan Carlos Adame, haya movido algunas fichas para tratar de enmendar la situación. En el ecuador del ejercicio liquidado, el equipo de Gobierno presentó un plan de saneamiento económico financiero -encargado a una asesoría externa para el periodo 2009-2011- del que no han transcendido nuevos detalles, pero del que se han derivado algunas medidas: en general, la Administración se ha apretado el cinturón en los últimos meses, con un recorte presupuestario en todos los frentes (los créditos anticrisis del Plan E y el Proteja han sido como un balón de oxígeno para mantener cierto nivel de actividad); se ha puesto en marcha una nueva Oficina de Recaudación para mejorar los ingresos fiscales, que tenían un grado de cobro muy bajo; de la misma manera que, para incrementar los derechos reconocidos, se han revisado una serie de impuestos, tasas y precios públicos.
En este contexto se han ensayado otras estrategias para la obtención de liquidez a corto plazo, como el rescate de remanentes multimillonarios de inversiones no ejecutadas en anteriores ejercicios, o la polémica operación de Aguas de Huelva, un atajo con el que el Ayuntamiento pretende ingresar 30 millones de euros. Por la magnitud del déficit que acaba de dejar en evidencia esta liquidación presupuestaria, con esta última maniobra no se cubriría ni un tercio del socavón.
HUELVA INFORMACIÓN 25/09/2009
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